viernes, 27 de noviembre de 2009

Libertad de Expresión

“En EEUU todo aparentemente se sabe o se termina sabiendo, pero nada cambia”
Introducción
La libertad, y en especial la libertad de expresión, es el principal argumento que emplean los burgueses para defender el sistema capitalista y atacar al sistema socialista. El aspecto ideológico fundamental que hay detrás de este derecho es que su se estudia de acuerdo a su valor en sí y no de acuerdo con las condiciones, alcance y consecuencias que lleva aparejada su ejercicio. La sociedad capitalista es sin duda la sociedad más idealista que ha existido en la historia. ¿Por qué? Porque como miembro de la comunidad política, como miembro del Estado, un pobre es igual que un rico, mientras que como miembro de la sociedad civil un pobre es infinitamente diferente que un rico. De ahí que un pobre tenga los mismos derechos que un rico, pero a la hora de ejercerlos se encuentre a años luz de éste. Basta con un ejemplo: supongamos que un rico quiere que la población lectora de un país sepa que se ha cometido una injusticia contra él. Remite un comunicado a todos lo medios de comunicación del país en cuestión y paga lo que le pidan. Mientras que un pobre no puede hacerlo. Este es un ejemplo claro del abismo que existe entre el derecho a libertad de expresión y de información y su ejercicio real.
La libertad de expresión como derecho humano
En el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos puede leerse lo siguiente: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. Este derecho no puede ser ejercido si no se dispone libremente de medios de comunicación de masas. De que me vale a mí que me den un derecho si no me dan los medios para ejercerlo con el mismo grade de alcance y eficacia que cualquier otro ciudadano.
Si bien es un acto de libertad del individuo poder expresar lo que piensa, no es un acto de libertad poder disponer de los medios de comunicación de masas para poder ejercer ese derecho. Ya que la posesión de un medio de comunicación de masas no es un problema de libertad sino un problema de propiedad. De ahí que en las sociedades capitalistas la libertad de expresión esté mediada por la propiedad privada de los medios de comunicación de masas. Y si está mediada por la propiedad privada, está al servicio de la propiedad privada. Dicho de forma conclusiva: en las sociedades capitalistas la libertad de expresión es uno de los tantos poderes de los que dispone la propiedad privada para imponer a las mayorías su imagen del mundo.
La libertad de expresión y sus consecuencias
EEUU pasa como la nación más ejemplar en materia de libertad de expresión. Pero yo me pregunto: ¿De qué sirve tener la libertad de criticar a EEUU por la guerra injusta que mantiene con Irak, de qué sirve saber que sus gobernantes hayan mentido para justificar esa guerra, si en la práctica la guerra no se evitó y de manera oficial el mundo entero no ha condenado ni ha aislado a EEUU por esa ilegalidad? Pues no sirve de nada. Está bien defender un derecho y el derecho a la libertad de expresión es un derecho primordial en una sociedad democrática. Pero también es fundamental medir las consecuencias que se derivan del ejercicio de ese derecho. Lo fundamental en el caso que nos ocupa era evitar la guerra, evitar la muerte de 600.000 iraquíes y de 4.000 soldados estadounidenses. Pero la libertad de expresión no ha servido para lograr ese fin. Se muestra así que en este aspecto la libertad de expresión es una libertad impotente o una libertad aparente. Por lo tanto, la libertad de expresión no debería tener su valor esencial en sí mismo, sino en las consecuencias que se derivan del ejercicio de ese derecho. Y en EEUU el derecho de la libertad de expresión se presenta divorciado de las consecuencias que se derivan del ejercicio de ese derecho. De ahí que podamos reconocer que en ese país aparentemente todo puede llegar a saberse, pero ese saber carece de consecuencias prácticas y nada cambia.
La libertad en la producción y la libertad en el consumo
En los países occidentales hay muchas familias que se quejan de la falta de calidad de muchos programas televisivos. También se quejan por su inmoralidad. Y se sienten impotentes. Hay sin duda mucha basura y muchos vividores en la televisión burguesa. Pero para muchos exarcebados liberales, por mucha basura que vomite la televisión, lo fundamental es la defensa de la libertad absoluta de expresión y nada debe ser cercenado. De esta mentalidad también participa mucha gente de izquierda. Hasta el punto de que critican a las autoridades chinas porque quieran poner límites a las “libertades de expresión” en Internet. La defensa que hacen de esta libertad se basa en el argumento siguiente: “Si hay un programa en determinada cadena de televisión que no te gusta, sencillamente aprietas un botón del mando y cambias de cadena. Tú eres libre de seleccionar la cadena que quieras y el programa que quieras. Esa es la gran ventaja de la libertad capitalista y que jamás un país socialista se podrá permitir”.
Pero a este argumento hay que responder que esta libertad de la que ellos hablan es una libertad en el consumo. Yo puedo elegir libremente qué producto consumir. Pero no puede elegir qué producto elaborar. No tengo libertad en la producción. ¿Quiénes tienen entonces la libertad en la producción de los programas televisivos? Pues las grandes cadenas de televisión y en general los grandes medios de comunicación de masas. ¿Y en manos de quiénes están esas cadenas y esos medios? En manos privadas. Y como es de suponer, esas manos privadas jamás permitirían que se produjeran programas televisivos que pusieran en cuestión la propiedad privada sobre los medios de producción. Por lo tanto, el derecho a la libertad televisiva de la que disfruta el pueblo es una libertad en el consumo y no una libertad en la producción. Y la verdadera libertad televisiva y radiofónica, la libertad con letras mayúsculas, se daría cuando el pueblo tuviera el derecho de decidir el tipo de programas que se producen. Y esto sólo es posible cuando la propiedad sobre los grandes medios de comunicación de masas esté en manos públicas.
La libertad de expresión y su alcance de masas
Los apologistas del capitalismo suelen decir que en las sociedades capitalistas todo el mundo tiene derecho a decir lo que piensa, mientras que en las sociedades socialistas esto no ocurre. Siempre es importante distinguir entre el derecho a la libertad y el ejercicio de ese derecho. Porque es en el ejercicio de ese derecho donde sale a relucir su verdadero valor. ¿De qué me vale tener el derecho a decir lo que pienso si mis ideas no pueden ser publicadas en los grandes medios de comunicación de masas? ¿De qué me sirve tener la libertad de decir lo que pienso si el conocimiento de las ideas que libremente expreso sólo llega a determinadas minorías? De poco. Es fundamental tener no sólo el derecho a expresar libremente lo que se piensa, sino que tus ideas tengan un alcance de masas. Y midiendo este alcance, sabremos quienes en verdad ejercen ese derecho a libertad de expresión.
Son los periodistas que están al frente de los informativos y de los programas de las grandes cadenas de televisión y de radio quienes en realidad ejercen de manera efectiva la libertad de pensamiento. Puesto que son sus ideas y su concepción del mundo las que llegan a las grandes masas. Son ellos los responsables de la opinión que tienen las mayorías sociales de todo lo que sucede en el mundo. Así que la libertad de expresión tiene grados. Y no puede compararse la libertad de expresión que tiene una persona de ser escuchado por un centenar de oyentes con la libertad de expresión que tiene una persona de ser escuchado por millones de oyentes. Así que haríamos bien en distinguir entre libertad de expresión mayoritarias, cuando el alcance de las ideas que se expresan es mayoritario, y libertad de expresión minoritarias, cuando el alcance social de las ideas que se expresan es minoritario.
La libertad de expresión y la objetividad
En las sociedades burguesas el Estado, los partidos políticos y los medios de comunicación son presentados como factores neutrales en la lucha de clases. Y los medios de comunicación son presentados además como objetivos en la suministración de la información. Se ha querido distinguir también entre un periodismo de información y un periodismo de opinión, donde al primero se le asigna el valor de la objetividad y al segundo el de la subjetividad. Pero tanto el primero como el segundo están preñados de subjetividad.
Sin duda que China es un país inmenso. Tan grande y tan variado como la Unión Europea. De manera que habrá parajes hermosos y otros feos, y condiciones sociales muy avanzadas y otras muy atrasadas. Si un gran medio de comunicación occidental manda a un reportero con su cámara a China para que recabe información, el problema estará en saber qué aspectos de la sociedad china seleccionará y establecerá como importantes de saberse en Occidente. Y esa selección tendrá un carácter subjetivo. Si es un defensor del socialismo chino, nos facilitará una información positiva. Pero si es un detractor del socialismo chino, nos facilitará una información negativa. Sólo se trata de señalar que la información objetiva no existe, que siempre habrá una selección, y ésta tiene un carácter subjetivo. Y aquí la subjetividad tiene que ver fundamentalmente con dos cosas: con los intereses que defiende el periodista y con su concepción del mundo.
La libertad de expresión y la imagen del mundo
Cuando los más destacados periodistas de Occidente hablan de la importancia de la libertad de expresión y que el pueblo tiene derecho a ser informado, en realidad no es ese derecho el que están defendiendo ni el que están ejerciendo. Su libertad, la libertad de sus palabras y de sus imágenes, es construir una imagen del mundo y que las grandes mayorías sociales se hagan con esa imagen del mundo. No están informando a la gente de lo que sucede en el mundo, sino creando una determinada forma de conciencia. Cuando los periodistas europeos siguen día tras día el curso de las elecciones en EEUU, desde que cada partido elige a su candidato hasta que se celebran definitivamente las elecciones, y hablan de la ejemplaridad y admiración que sienten por la democracia estadounidense, sólo están hablando de acuerdo con sus propios intereses como periodistas, de acuerdo con sus propios deseos de cómo debe ser el mundo, no de acuerdo con las necesidades de las grandes mayorías sociales. Así que repito: los periodistas no están defendiendo el derecho de los ciudadanos a ser informados y el derecho a que se expresen libremente, sino que están ejerciendo su derecho a construir una determinada imagen del mundo.
Los periodistas y la neutralidad de clase
En ocasiones se pregunta si los periodistas son objetivos a la hora de informar y en las sociedades occidentales la opinión mayoritaria es que sí. No obstante, hay sectores de la izquierda radical que afirman que la mayoría de los periodistas son representantes de los capitalistas y defienden los intereses de éstos. Aquí la cuestión clave es saber cuánto ganan los principales periodistas del mundo, los que están al frente de la información y de la creación de opinión. Y la respuesta es clara: ganan en concepto de salario muchísimo más de lo que ganan los pequeños y algunos de los medianos capitalistas. Y todas las personas que reciben en concepto de salarios cantidades fabulosas se convierten ipso facto en capitalistas. Puesto que los excedentes de esos ingresos son ingresados en un banco y forman parte del capital productor de interés. Por lo tanto, los periodistas que están al frente de los grandes medios de comunicación son capitalistas y no pueden tener otra visión del mundo que no sea la capitalista. Así que no son neutrales.
A modo de conclusión
La libertad de expresión es en general la libertad de expresión de la burguesía. Es una de las tantas manifestaciones de la propiedad privada. Y el carácter fundamental de esta libertad es construir una determinada imagen del mundo. Son los capitalistas, los grandes creadores de opinión, quienes determinan qué es noticia. El reciente premio otorgado por el periódico El País a Yoani Sánchez no es un premio a la libertad de expresión, tampoco es un premio a la labor periodística, es un premio a la oposición al régimen socialista cubano. ¿Quiénes han decidido ese premio? Los capitalistas. A esos señores habría que hacerles una sencilla pregunta: ¿No habrá bloguistas en España, Francia, Alemania, Rusia, Brasil y en un sinfín de partes del mundo más que son mucho mejores periodistas que Yoani Sánchez? Se puede afirmar con toda rotundidad que sí.
Aunque todos los periodistas que están al frente del rotativo El País se la dan de demócratas y de defensores de la libertad de expresión, en la práctica no lo son. No son demócratas porque en su rotativo no dejan expresar sus opiniones a quienes defienden el socialismo y critican la propiedad privada. Y no son defensores de la libertad de expresión en su sentido universal, porque sólo dejan expresar su opinión a quienes en este caso están en contra del régimen socialista cubano. Decía Hegel que en la China feudal era libre sólo una persona, el emperador, en la Grecia clásica, eran libres unos pocos, los esclavistas, pero que en la sociedad burguesa eran libres todas las personas. Pero a esta última idea de Hegel habría que hacerle una acotación: en las sociedades capitalistas la libertad de expresión sigue siendo sólo asunto de unos pocos, y en este sentido se parecen a las sociedades esclavistas.

Fuente:

Francisco Umpiérrez Sánchez
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=67147

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jueves, 26 de noviembre de 2009

La libertad de expresión


No obstante las múltiples manifestaciones de la prensa y de la ciudadanía que se han formulado en estos días respecto a la libertad de expresión, nunca será suficiente referirse a este invaluable activo de una sociedad democrática.Contrariamente a lo que buena parte de la población percibe, la presencia de un Estado omnipotente va minando el derecho de las personas a decidir sobre sus vidas y avanza, no muy cautelosamente por cierto, hacia un control total que llega a abarcar la decisión acerca de los hechos y noticias que la ciudadanía debe o no conocer, e inclusive las opiniones personales.Ningún argumento es sostenible frente a las acusaciones a Teleamazonas por revelar un centro de cómputo alterno o la corrida de toros inserta en una festividad de provincia. El exponer los hechos, estos u otros cualesquiera, no puede obstaculizar el juicio de los ciudadanos si tienen a su alrededor una variedad de pesos y contrapesos que constituyen las diversas publicaciones noticiosas a que se tiene acceso en un entorno libre. No es dable, por tanto, ninguna censura por presentar hechos, no es dable tampoco calificar supuestas reacciones que podrían haberse dado en riesgo de una conmoción social, y que efectivamente no se han dado.La actuación de una prensa libre es imprescindible, más aún como contrapeso a una acometida publicitaria de grandes dimensiones que como nunca antes se ha vivido. Coartar las libertades resulta propio de fallidos autócratas, frente a los cuales, más temprano que tarde, la sociedad reacciona, lamentablemente, muchas veces, con costos muy altos y hasta impagables. La soberbia no es buena consejera, enceguece e impide ver la realidad. La acumulación desmedida de poder es otro factor que puede desenfocar el rumbo de un Gobierno y llevarlo hacia el totalitarismo; la falta de respeto, por su parte, va minando las sanas relaciones de convivencia, obstaculiza el entendimiento y aleja sistemáticamente las posibilidades de consenso en una sociedad que aspira a ser participativa más allá del ritual del voto. Causa desasosiego que estén en riesgo principios y valores esenciales para la vida misma.El papel de los funcionarios y colaboradores del Gobierno debe ser de consejeros, de observadores objetivos, analistas pragmáticos, no de obsecuentes servidores que inducen a reiterar y legitimar despropósitos. Si hubiera analizado la Constitución el joven director de Conartel, se habría dado cuenta de que la norma legal que se invoca para sancionar a Teleamazonas fue expresamente derogada.Los comunicadores responsables no pueden claudicar, su misión es el compromiso con la búsqueda de la verdad y su difusión. Los medios de comunicación son las antenas de la sociedad; a través de ellos, esta se mantiene informada, pero al mismo tiempo constituyen los sensores de la libertad de expresión, de esa libertad que es don de Dios, no dádiva generosa del Estado. Por defenderla, lucharon nuestros héroes hace doscientos años, y a todos nos corresponde, como una expresión de responsabilidad ciudadana, continuar su lucha.

Fuente:

Por: Elsa de Mena
edemena@hoy.com.ec

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Entrevista – Tres expertos hablan sobre libertad de expresión

Con ocasión del debate surgido por la orden de arresto al director de la revista Semana*, la FLIP conversó con tres expertos en libertad de expresión. Catalina Botero, relatora Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; Roberto Saba, director de la Asociación por los Derechos Civiles de Argentina, y Toby Mendel, director jurídico de la organización internacional Article XIX, hablaron sobre el derecho de rectificación y el derecho de réplica, y sobre la proporcionalidad de la sanción penal.
FLIP: ¿en qué condiciones debe rectificar información errónea un medio de comunicación?
Catalina Botero: cuando un medio de comunicación comete un error en la presentación de los hechos y ocasiona un daño que afecte derechos fundamentales – como la honra y el buen nombre –, y la persona interesada solicita la rectificación, ésta procede exclusivamente para corregir ese error.
La rectificación debe producirse en condiciones de equidad, pero no se puede medir en términos matemáticos. Lo importante es que la audiencia tenga la oportunidad de reconocer el error en el que se incurrió. Se requiere entonces que sea un lugar de la publicación consultado por el mismo tipo de audiencia que vio la publicación original donde estaba la información errónea.
Roberto Saba: según tengo entendido, en Colombia no existe el derecho de réplica para los medios escritos. No obstante, en algunos casos podría pensarse en este recurso, que además está contemplada en la Convención Interamericana de Derechos Humanos, en el artículo 14. En la réplica el medio no está reconociendo que cometió un error, sino que le da un espacio al afectado para que se refiera específicamente a la información que lo afecta.
Ahora, en el caso de la rectificación, hay que tener en cuenta que ésta sólo debe proceder por errores que representen un daño. De lo contrario, los medios tendrían que rectificar errores que no tienen relevancia. Por ejemplo: un medio de comunicación dice que alguien robó algo y tenía un saco amarillo; y ese alguien no discute la afirmación de que es un ladrón, pero dice que el saco que tenía era de otro color. En ese caso no debe proceder la rectificación.
Toby Mendel: quisiera retomar brevemente lo de la réplica. En el Reino Unido existen reglas muy claras para que ésta opere. Sólo existe para errores en cuanto a los hechos, que además constituyan la violación de un derecho legal del afectado. La réplica no puede ser más larga de la publicación original, y sólo puede referirse al asunto específico que se trató. Además, no puede a su vez violar otros derechos.
En el caso de las rectificaciones no tenemos unos criterios tan estrictos, básicamente porque la rectificación es menos invasora de la autonomía del medio. Hablo de la rectificación autónoma que hace el medio de comunicación. Éste decide cómo corrige el error que cometió. Cuando un juez empieza a decir cómo se debe rectificar, y dar las condiciones para hacerlo, empieza a parecer una réplica desde la órbita del juez. Por último, cabe decir que la rectificación puede implicar la afectación de un derecho sin que implique una difamación, pero tiene que referirse exclusivamente a hechos.
FLIP: ¿el hecho de que un juez le 'dicte' los términos de la rectificación a un medio de comunicación podría considerarse una forma de censura?
Catalina Botero: cualquier requerimiento adicional a los que señalé, en una rectificación, sería desproporcionado y supone una violación del derecho a la libertad de expresión. En particular si se ordena incluir información adicional que no está directa y específicamente relacionada con el error fáctico cometido. Obligar a un medio a publicar todo una reflexión elaborada por el juez, que implique por ejemplo una forma distinta de valorar los hechos, es una violación de la libertad de expresión.
Roberto Saba: la regulación sobre libertad de expresión debe ser muy exacta. Si no, se puede incurrir en lo que los norteamericanos llaman ‘sobrerregulación’. La rectificación debe estar centrada exclusivamente en los hechos que el afectado alega. Hay que aplicar un criterio estricto. Cualquier otra obligación más allá de eso, excede la facultad que tiene el Estado de intervenir en la libertad de expresión.
Por lo general, la función de un juez está limitada a decidir sobre las partes del proceso y los hechos que el afectado identifica como centrales en el pleito; se trata de pleitos entre las partes. Cualquier obligación que exceda el reclamo del demandante o los hechos identificados, parece estar fuera de la jurisdicción del juez. Así, si un juez obliga a hacer una rectificación sobre hechos o partes que no estuvieron en el proceso, puede haber una violación del debido proceso. Un juez no puede obligar a un medio de comunicación a pronunciarse sobre hechos que no se discutieron durante el proceso.
FLIP: ¿sancionar penalmente a quien se niega a rectificar una información en los términos en que lo exige un juez, puede resultar desproporcionado? Por ejemplo en el caso del desacato.
Catalina Botero: el desacato de una orden judicial supone restricciones drásticas a los derechos fundamentales, como el derecho fundamental a la libertad personal, por un periodo breve. Y cuando se deriva de una decisión judicial arbitraria, puede ser una doble violación de la libertad de expresión: en primer lugar, la arbitrariedad de la decisión, que obliga a incluir información innecesaria para la rectificación; y segundo, la restricción de libertad personal.
Roberto Saba: en el caso de información periodística sobre funcionarios públicos, creería que sí. Cualquier sanción penal a expresiones críticas sobre un funcionario público, de acuerdo a la jurisprudencia de la Corte Interamericana, es contraria a la convención. Los funcionarios públicos están expuestos a un escrutinio más extendido que el de un particular. La sanción penal en esos términos puede ser una responsabilidad ulterior desproporcionada.
Toby Mendel: los jueces deben tener la posibilidad de hacer cumplir las decisiones judiciales que, por supuesto, deben ser legítimas. Ahora, si un periodista enfrenta una sanción penal por no rectificar, esa sanción penal no es por un asunto de libertad de expresión, sino por incumplir la orden de un juez. En ese sentido, debe haber herramientas para que los medios de comunicación también cumplan con las normas. Y opera también en el otro sentido: cuando alguien desobedece una decisión judicial que favorece a un periodista o medio de comunicación, el juez también debe meterlo a la cárcel. Las personas no se pueden negar a cumplir la orden de un juez.
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* Recientemente un juez inició un incidente de desacato contra el director de un medio de comunicación nacional por incumplir un fallo de tutela. Después de haber publicado dos rectificaciones, el medio se negó a emitir una tercera por considerar que había cumplido con la orden judicial. La sentencia ordenaba que la rectificación se hiciera “con los mismos caracteres, colores, tamaño del artículo original errado”. Para los medios de comunicación y organizaciones como la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), esta orden judicial desconocía los parámetros fijados por la Corte Constitucional y constituía una violación de la libertad de expresión. Para mayor información, vea:
http://www.flip.org.co/veralerta.php?idAlerta=328
Fuente:

sábado, 14 de noviembre de 2009

"Hay medios que malversan la libertad de expresión por intereses ajenos a los de sus lectores"


"Hay medios que malversan la libertad de expresión por intereses ajenos a los de sus lectores"
Hablamos con Juan Luis Cebrián después de la presentación de Cubriendo el Islam, del intelectual palestino ya fallecido Edward W. Said. El consejero delegado del Grupo PRISA centró su parlamento en analizar todos los asuntos polémicos del panorama internacional. Y su posición está claro, cristalina. Un ejemplo: para Cebrián el conflicto actual es "una guerra de poder por el control de las fuentes de la energía, del petróleo, y seguirá". Y no descansa a la hora de clavar la puntilla a Aznar por su posicionamiento en la guerra de Iraq: "Esto se origina con el trío de las Azores. Allí se decidió ir a la guerra para controlar las reservas de petróleo. Por eso queremos instalar la democracia en Iraq pero no en Arabia Saudí, un régimen igual de poco democrático que el de Sadam Husein." El fundador de El País hace un repaso para Periodista Digital, en el segundo aniversario de la victoria socialista, tanto de la situación política como de los medios de
comunicación. Alto y claro.

Pregunta: Hágame un resumen de lo que han significado estos dos años de Gobierno socialista

Respuesta: Básicamente el Gobierno de Zapatero ha hecho muy bien toda lo que tiene que ver con la política de libertades y de recuperación de la sociedad civil, de derechos de las minorías. Y también hay que reconocerle que ha llevado muy bien la economía. Son dos reconocimientos que creo de justicia hacerle. En política exterior yo sobre todo creo que hay que destacar su gran éxito retirando las tropas de Iraq.

P: ¿Y en lo que respecta a la famosa Alianza de Civilizaciones?

R: La Alizanza de Civilizaciones es un muy buen programa para las Naciones Unidas, que tiene más eco o más presencia de lo que algunos medios quieren decir o suponer en los medios internacionales. Es importante, también, porque puede terminar con la incorporación de Turquía a Europa. Independientemente de esta Alianza de Civilizaciones de la que hablamos, en la política con Iberoamérica y con los Estados Unidos habría que hacer algún progreso mayor del que hemos hecho.

P: ¿Cree que ha habido algún cambio en la comunicación en España después del 11-M?

R: Las generalizaciones por norma son injustas. Creo que hay algunos medios que cumplen ahora y cumplían antes muy bien y muy respetablemente su función, independientemente del espectro político en el que se sitúen, más a la derecha o más a la izquierda, más a favor o más en contra del Gobierno, pero hay otros medios que se dedican a malversar la libertad de expresión en función de intereses ajenos a los de sus lectores o a los de sus usuarios. Todo esto está relacionado con la manía, con las obsesiones de los directivos.

P: ¿Y cómo ve los medios digitales? ¿Piensa que vayan a cambiar en algo el panorama mediático?

R: Hay medios digitales muy respetables y otros medios que son completamente alternativos en el peor sentido de la palabra, teniéndose en cuenta que yo respeto mucho a los medios alternativos. Pienso que no se puede generalizar, la Red tiene la enorme ventaja de que en ella todo el mundo puede decir lo que quiera con lo cual hay cosas muy interesantes y hay metidas de pata impresionantes.

Fuente foto:

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Fuente:

Entrevistas - 22/03/2006 0:00 - Autor: Juan C. Osta - Fuente: Periodista Digital

Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA

Etiquetas: medios, malversan, libertad, expresion, intereses, ajenos, lectores, entrevista

Entrevistas - 22/03/2006 0:00 - Autor: Juan C. Osta - Fuente: Periodista Digital


No hay libertad de expresión en el mundo capitalista

¿Qué impresión tiene sobre Venezuela?

Yo vengo muchas veces al año y lo hago regularmente desde el año 1999. Soy parte de este proceso político, tanto o tal vez más que en el proceso argentino. Como lo digo en todos los foros posibles la impresión que tengo es que en Venezuela se esta jugando el destino de América Latina.
En cierto sentido el impacto de eso seguramente irá más allá del continente. Entonces, todo lo que pasa tiene una importancia fundamental y plantea una responsabilidad que asumo enteramente como parte de la única nación que somos. Hoy día el discurso está claramente planteado en esos términos y debemos asumir que somos una sola nación. Como bien dice el Presidente Chávez en sus últimos discursos: “no se trata de integrarnos sino de unirnos” Así que me parece que en esa tarea de carácter histórico Venezuela es la vanguardia y todos los que tenemos esa opinión estamos en la obligación de sumar nuestro trabajo a ese sentido.
Actualmente está muy en boga en Venezuela el tema de la libertad de expresión. Existe todo un debate sobre qué se entiende por libertad de expresión y qué debe regular eso. Nos gustaría saber su percepción sobre el tema.
Yo creo que hay que decir las cosas con todas las letras, no sólo para lo que opinamos algo sino para cualquier persona que se resuelva a tener una opinión honesta. No estoy pidiendo identificación ideológica o política, simplemente estoy pidiendo honestidad frente a los hechos. No hay libertad de expresión en el mundo capitalista. No la hay porque, en primer lugar, producir un medio de prensa gráfica, oral o televisiva requiere guardar una cantidad de dinero que requiere de los recursos de las grandes empresas o de las grandes fortunas individuales y ninguno de estos está comprometido por definición con la defensa de la verdad sino sólo con sus intereses. Entonces, cualquier medio de comunicación en cualquier país del mundo, con dos excepciones que son Cuba y Venezuela, la prensa está dominada por intereses de carácter económico que van contra la verdad.
Sencillamente, en otro período de la historia el capitalismo iba a la par y al paso de la verdad, porque era el período revolucionario de la burguesía y necesitaba enfrentar a los enemigos del progreso que eran las clases feudales, la iglesia a través de las formas que los mantenían en el Status Quo cuando se estaba saliendo del medioevo. En ese período la burguesía era revolucionaria y su papel era positivo y, por tanto, su accionar económico, político, social en el campo de la cutura, de la ciencia y de las artes fuese positivo e iba al lado de la verdad. Sin embargo, bastó que ese enemigo de la burguesía fuese derrotado y la burguesía se impusiese en todo el mundo para que a partir de ese momento el capital se constituyera en los contrario a la verdad. La sociedad se dividió en dos clases muy claras y contrapuestas. La confrontación que suponía la lucha por los intereses de ambas clases exigía la defensa de una y de otra. Entonces, la prensa comercial que era la voz del capital dejó de defender la verdad para comenzar a defender intereses. Entonces, apareció una prensa alternativa que llegó a tener una enorme fuerza por la presión del los sindicatos, de los grandes partidos socialistas de aquella época de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, donde se defendiía la verdad porque no tenían una función comercial. Estos medios de comunicación sucumbieron por diversas razones y la verdad quedó sin soporte material. Entonces, la prensa desde hace mucho tiempo es una empresa como cualquier otra que está destinada a ganar dinero y no a defender ideas y mucho menos a defender la verdad. Esto no se pone en cuestión cuando es la idea general. Sin embargo, cuando aparece un fenómeno alternativo, cuando aparece una posición completamente diferente, entonces, entra claramente en cuestión.
Yo creo que no hay un caso más claro que el de Venezuela, porque la prensa mundial, sin excepciones, ha mentido con una desvergüenza tal en relación a Venezuela como nunca se había visto antes. Yo creo que en ningún país se vio. No estoy diciendo que esto no se dio en la Revolución Rusa a comienzos del siglos XX o que no lo haya sufrido la Revolución Cubana. Sin embargo, aparece en la Revolución Boliviariana que aparece cuando precisamente parece que había terminado todo proceso posible de revolución y que viene que a caer como una roca en un lago y a romper con esa supuesta armonía del capitalismo victorioso, entonces, consitó desde el comienzo el odio y la furia de la prensa comercial.
Lo verdaderamente notable para cualquier persona estudiosa de la Historia y la política es que en ese marco se haya mantenido la libertad de prensa en Venezuela. Si hay algo que debiera destacarse es que con un cerco mediático internacional con los medios locales que han llegado a los máximos excesos y es el hecho de que con ello todavía se haya mantenido la libertad de prensa. No hay un sólo canal o una sola prensa cerrada, no hayan habido multas o periodistas presos; porque déjenme decirles algo, haciendo lo mismo pero contra un presidente en Francia o un primer ministro de Inglaterra o en Estados Unidos muchos de los periodistas estarían presos en estos países y sin romper el régimen legal, pero en Venezuela eso no pasó. Entonces, venir a decir que en este país hay retricción o corte de la libertad de prensa sólo cabe en esas mentes corruptas, absolutamente degeneradas en todos los sentidos. Cuando en mi país Argentina estaban desapareciendo treinta mil luchadores no descubieron que había ausencia de libertad de expresión. En cambio, cuando en Venezuela se abre un extraordinario proceso de transformación social entonces ahí descubren que hay falta de libertad de expresión. Celebro que se venza la concesión de RCTV y estoy seguro que no habrá marcha atrás en la decisión de no renovarla. De mi lado y muchos como yo defenderemos el sueño latino americano.
Lo que está ocurriendo con RCTV es la no renovación de la concesión. Ha habido una gran presión para revocar las conseciones de los otros canales de televisión y otros medios tradicionales que forman parte de ese cerco de poder ¿Qué opina usted al respecto?
Evidentemente esa es una decisión política que tiene que tomar el pueblo venezolano. Eso es importante. Si por mi fuera yo revocaría esas conseciones también. Es más, tú buscas hoy el diario El Nacional y tiene como principal nota de tapa hoy, y no lo recuerdo textualmente el título pero dice que hay una demanda en Brasil contra el cierre ilegal RCTV. Yo no cerraría el diario El Nacional pero sí le entablaría un juicio por difanación y lo acosaría todos los días con sus mentiras. Yo no creo que eso pueda quedar impune, no puede ser que la prensa sea utilizada para decir mentiras descaradamente. Cualquiera sabe que lo que sucede es que se vence la concesión. No renovar la concesión no es ilegal. Esos son argumentos válidos en un juicio por difamación y yo se lo llevaría hasta última instancia. Yo creo que hay que poner coto, pero no a la diferencia, no a la polémica pero sí a la mentira descarada. No puede ser que se trabaje sobre la base del envenenamiento de la opinión pública. Creo que más clara no puede ser mi respuesta. Si estuviera a mi alcance, si es que está ocurriendo en mi país y yo tuviera el poder yo haría lo posible por acabar con esa televisión comercial que envenena abiertamente la opinión de los adultos y sobre todo de los niños y que pone en tela de juicio la conciencia pública y el futuro del país. Afortunadamente, en este tiempo, en estos ocho años, entre las muchas lecciones que ha dado Venezuela hay una que me parece fundamentalísima y que destaco siempre y que quiero destacar aquí también y es que Venezuela prueba que los medios son muy poderosos pero no son todo poderosos. Se los puede vencer y se los puede vencer con la verdad.
Yo tengo muchos años de periodista y mi experiencia ha sido que indistintamente del medio donde yo haya trabajado (y han sido bastantes en muchos países) siempre he trabajo con la prensa alternativa, siempre he estado sosteniendo, proponiendo, participando permanentemente en proyectos alternativos. Yo creo que si bien hay unos ejemplos concretos aislados y excepcionales de prensa comercial comprometida con la verdad yo creo que la única variable posible de hacer una defensa seria de la verdad en cualquier ámbito en que estemos hablando es la prensa alternativa, así que la respaldo fervorosamente todos los esfuerzos que hacemos, tanto en la prensa escrita (donde yo particularmente me desemvuelvo) como en la televisión y la radio.
El gran auge que tiene las radios comunitarias es gracias al Estado y se pudiese pensar que esos medios de comunicación pudiesen estar restringidos a las líneas políticas del Estado.
Aquí hay dos cosas. Yo creo que es absolutamente legítimo que un medio alternativo que encuentra apoyo del Estado lo reciba. Después está en el equipo que lleve a cabo esa tarea la de tener la fortaleza, la sencillez y la honestidad para mantener la autonomía. Yo creo que esa es una batalla constante. Sin embargo, de eso no se puede inferir que siempre se debe recibir ayuda del Estado cuando hay precisamente una posibilidad de salir de las catacumbas y que siendo un medio no comercial que a pesar de tener la capacidad de llegar al máximo de personas hay que utilizarla. Lo otro, como digo, se debe mantener la independencia en un oficio que exige minuto a minuto lucidez, coraje, fortaleza moral e intelectual.
Ahora, yo quisiera hacer una puntualización, yo creo que sí hay que tomar parte. Yo no puedo mantenerme neutral o supuestamente objetivo frente a lo que tengo adelante. Acá hay una revolución y hay una contrarevolución. La prensa que yo dirijo, la revista América XXI y los artículos que yo publico en cualquier lado son artículos que toman partido y lo hago sin ningún tipo de ocultamiento o sin vergüenza, porque yo he tomado partido por la Revolución y eso no quiere decir que yo no vea algún punto enemigo de la Revolución. Yo no soy neutral y no me pongo en lo del bien y el mal y me atribuyo a mi mismo (como hace la prensa comercial capitalista) el rol de juez de todo, como si no respondiera a intereses concretos. Yo sí admito que sí respondo a intereses. Yo sí respondo a los intereses de mi pueblo, a los intereses de la nación latinoamericana y estoy con todos aquellos que se enfrenten al imperialismo y al capitalismo, porque eso tiene que ser dicho con abosluta prioridad.
¿Cuál es su impresión general sobre todo lo que está ocurriendo en América Latina?
Hemos entrado en un período de turbulencia que va del Río Bravo a la Patagonia. Esa turbulencia tiene distintos grados. En Venezuela es revolución, en Bolivia es revolución, en Ecuador está a punto de serlo, en México está punto de serlo. Hay mucha más turbulencia aunque todavía no se ha llevado. En Argentina no hay turbulencia y estamos lejos de la Revolución todavía pero en todo caso estamos como parte de esa turbulencia. En este preciso momento creo que estamos en un momento donde pone en otro aspecto, también pongo como vanguardia a Venezuela, que es la transformación de esa turbulencia y necesidad de transformación, de esa voluntad de cambio, de esa visión social, que está dando claramente conciencia y organización.
Hay cuatro países en el continente donde hoy se exige el máximo de urgencia, casi diría que es el caso de vida o muerte de desarrollo histórico, que se consoliden fuerzas políticas que puedan conducir los fenómenos que están en curso. Esos países son precisamente Venezuela, Bolivia, Ecuador y México. Aunque sólo en Venezuela está planteado con nitidez las necesidades, la convocatoria, el plan de la construcción de esa fuerza política, de esa herramienta política de masas. Entonces, yo estoy convencido de que en este aspecto sí vemos la necesidad, la convocatoria, el plan de la construcción de si Venezuela da este paso y consigue armar un verdadero partido por masas dirigido al socialismo y herramientas políticas de las masas por el socialismo, va a tener que dar una contribución fundamental y decisiva, a condición de que sea un partido verdaderamente de masas, democrático y revolucionario, si tiene esas condiciones va a dar una contribuciones verdaderamente históricas al continente y vamos a ingresar en una nueva etapa. Estamos en el umbral. Hay que ver si tenemos la fuerza para dar el paso para cruzar el lumbral, pero estamos en el lumbral y en una nueva etapa donde el proyecto de revolución tiene definiciones, tiene consciencia y tiene organización. Así veo a América Latina.
Lo que yo creo es lo siguiente. En realidad lo que nosotros estamos viendo es una profundísima crisis del sistema capitalista como tal. No es que estamos viendo la resistencia política del hecho de que en Estados Unidos haya un inepto y quizá tal vez un enfermo mental en el gobierno. No es eso. En realidad es la expresión que toma la crisis del capitalismo. Nosotros estamos y no de ahora sino de muchos años, quizá un poquito más de tres décadas, que se terminó el período de autojusticia del capitalismo basado en la destrucción de la Segunda Guerra Mundial y entró el sistema de nuevo como conjunto de una situación de crisis y la crisis dentro del capitalismo significa competencia por los mercados, porque la crisis del capitalismo significa que sobra de todo y no que falta de todo. La crisis del capitalismo significa competencia entre los mercados porque generalmente la crisis del capitalismo significa que sobra de todo, no que falta de todo sino que sobra de todo. El sistema capitalista no funciona para satisfacer necesidades sino para vender y el problema que tiene es que cuanto más tecnifica, más compite, más explota la mano de obra porque la hace producir en menos tiempo, entonces, es un fenómeno de cruces en el cual se produce más y se paga menos salario, porque cada vez se expulsa más mano de obra y se incorpora menos mano de trabajo. Eso significa que tenemos más productos y menos compradores. Esa es la crisis y para salir de la crisis dentro del capitalismo existen dos vías: una que es temporal, que es la competencia de los mercados y luego se llega a la única salida en el capitalismo que es la destrucción de lo que sobra. Sobran bienes ymercancía de cualquier orden. Hay que tomar en cuenta que la fuerza de trabajo dentro de capitalismo nosotros somos mercancía y por ello también sobramos. Hay que acabar con eso.
El capitalismo para poder sobrevivir de esta situación necesita la destrucción, necesita la guerra. Por eso la consigna “Socialismo o barbarie” es tan justa, por que lo que está planteado es precisamente dar una respuesta por fuera del sistema capitalista que rompa el sistema capitalista, que es lo que está intentando llevar a cabo la Revolución Bolivariana en Venezuela para no caer en la destrucción y barbarie de la generalidad. La generalidad es parte de ella, no es un fruto circunstancial o inesperado, es parte de la necesidad del sistema como lo es el caso de Iran y que nos ataca a nosotros vomo América Latina. O ellos tienen suficiente freno como para que desde el punto devista práctico tengan vedados la posibilidad de atacar o ellos atacarán. Entonces la guerra y la coyuntura mundial está marcada por esto o por la crisis mundial del capitalismo y por la hasta ahora incapacidad de darle respuesta al hilo de la crisis, porque la crisis está, la crisis no está en nuestros países está en los centros de poder del capitalismo, en Los Estados Unidos, La Unión Europea, Japón. Nosotros somos víctimas de esa crisis que nos descarga. Entonces, la gran tragedia del mundo contemporáneo es que ahí, donde está el nudo de la crisis, no hay capacidad de respuesta. Los pueblos de Estados Unidos, de la Unión Europea y de Japón no tienen capacidad de respuesta política. Esa capacidad ha venido a aparecer o a reaparecer es en América Latina. En Venezuela está el contenido de la Revolución Bolivariana y la responsabilidad histórica de ese proceso en América Latina.
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Entrevista realizada por la La Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad.
Fuente:
Humanidad en red

sábado, 7 de noviembre de 2009

¿Qué opinas sobre la Libre Expresión dentro de la Política?¿Te parece que es justa o no?



La libertad de expresión desde mi punto de vista, es una base de la libertan en lo que ha derechos se refiere, no solo de una persona, sino de una nación, la cual, es libre y soberana, según lo que se nos ha inculcado y enseñado desde muy pequeños, mediante la libertad de expresión en la política, la cual a su vez da libertades democráticas se pueden posibilitar las funciones de la participación pública, y la toma de decisiones de las mismas; así mismo, el derecho a la libertad de expresión, es una base fundamental en nuestra sociedad la cual durante muchos años ha permanecido bajo el amparo de la democratización de sus ideas, plasmándolos en ideales, los cuales han sido acarreados de la mano de los partidos políticos y de los políticos de turno que el país ha tenido.

¿Te parece que es justa o no?

Considero totalmente justa la libertad de expresión dentro del ámbito político, ya que si esto no fuera posible, ¿de qué otra manera se observaríamos los cambios de pensamiento sociológicos dentro de una nación?, puntos de vista importantes para cada persona, la verdad para cada individuo y porque no llamarlo así, verdades de una cierto grupo de personas que conforman un partido político, es por esto que no solo es importante la libertad de expresión en dicho ámbito, sino es esencial para un pueblo.




Entrevistado:

Cristian Ruiz

Universidad Católica (Quito- Ecuador)

Carrera: Jurisprudencia


Fuente:


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Periodico El Comercio

¿Qué opinas sobre la libre expresión de los jóvenes ante la sociedad?



Yo creo que los jóvenes deberíamos tomar las riendas y expresarnos libremente hace mucho tiempo atrás creo que el mundo necesita de ideas nuevas de momentos que solo la juventud podemos darle

Creo que los jóvenes tenemos la solución aunque sea a veces muy difícil de hacernos escuchar no creo que sea imposible que una sola voz tal vez no sea escuchada pero todos los jóvenes juntos podemos hacer q el mundo nos escuche.



Nombre del entrevistado:

Washington Ortega

Estudiante de la Universidad Internacional (Quito- Ecuador)

Carrera: Ingeniería Mecánica



Fuente:

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